Hacemos un estudio clínico en el que medimos la perdida de hueso mediante la introducción de una sonda periodontal entre el diente y la encía , y también evaluamos la retracción gingival, que son los milímetros de raíz “al aire” que presenta cada diente. Otros datos que se registran son el índice de placa bacteriana, el sangrado y la movilidad dentaria.
La primera parte del tratamiento consiste en la eliminación del calculo que existe por debajo de la encía mediante curetas y ultrasonido, lo que se conoce como raspado y alisado radicular.
Aproximadamente un mes y medio después de haber realizado la fase básica se realizara una reevaluación en la que se registran los datos clínicos otra vez, según el resultado que obtengamos se puede pasar a una fase de mantenimiento que suele ser cada 6 meses, y en el caso de que los resultados sean negativos se puede necesitar una fase quirúrgica.
Al ser una enfermedad crónica para controlarla es fundamental que los pacientes tengan una excelente higiene oral, reduzcan o eliminen el consumo de tabaco y acudan periódicamente a sus visitas.