Los implantes se colocan en los tejidos óseos para sustituir los dientes perdidos, la mayoría de los implantes son de titanio ya que es un material biocompatible porque se une al hueso de forma física y química durante la osteointegración.
Antes de colocar un implante es necesario conocer la forma, calidad y dimensiones del hueso donde se va a colocar, por lo que necesitamos una fase de diagnóstico y plan de tratamiento para así poder escoger el tipo de implante con mayor precisión, para esta primera fase se necesita realizar pruebas radiográficas. En caso de que en estas pruebas veamos que el paciente no consta de suficiente hueso para realizar la intervención, se podría optar por una cirugía de regeneración ósea.